La quiche es uno de los platos más populares de Francia. Si viajas allí, la encontrarás en muchas formas diferentes, la más popular la quiche lorraine, debido a la región donde surgió. Sus orígenes se remontan al siglo XVI, aunque su forma actual es mucho más reciente y se estableció en el XIX. La quiche es un plato mucho más fácil de cocinar de lo que parece a simple vista. Viviendo en Francia, en mi familia aprendimos una receta muy simple con la que dar el pego y lograr una quichede lo más apañada. Para cocinarla necesitarás:
- Un molde redondo no muy alto.
- Una masa de hojaldre fresca o pasta brisa. A mí la que más me gusta es la de Lidl, pues es circular y se adapta perfectamente a los moldes.
- Unas 7 lonchas de jamón york.
- Otras 7 lonchas de bacon o los dados que se venden ya cortados, en este caso con 100 gramos es suficiente. Otra opción es hacer una quiche ibérica y usar 7 lonchas de jamón serrano; queda menos grasa pero igual de jugosa.
- 3 ó 4 huevos, dependiendo de su tamaño.
- 1/3 vaso de nata para cocinar y 2/3 vaso de leche. Se puede hacer también mitad y mitad.
- Un paquete de queso emmental rallado, el de Hacendado es bastante bueno. Con 2/3 será suficiente. Una opción mejor es rallar tu mismo el queso, con 50-100 gramos tienes para tu quiche.
Con estos elementos tendrás una quiche para 4 personas. Realizar el plato no te llevará más de 1 hora.
Para empezar, enciende el horno y déjalo a unos 220 grados. Pon la masa de hojaldre sobre el molde dejando el papel que suele traer, así no se te pegará. Si quieres que la quiche quede más jugosa, corta el jamón y el bacon y frielos durante 5 minutos con mantequilla en la sartén. Si tienes prisa, puedes echarlos directamente en la masa. Encima pon el queso bien distribuido y después añade los huevos batidos, la nata y la leche, previamenta mezclados. Ya tienes todo para meterla al horno, donde en 30-40 minutos se habrá convertido en toda una quiche profesional.
Una de los aspectos más interesantes es que es un plato que en cuanto le cojes el tranquillo parece mucho más de lo que es y que permite ir añadiéndole variantes: poner cebolla, quitar el queso, poner brie, hacerla con espinacas… ¡Disfruta de tu quiche como si estuvieras en el corazón de Francia en tu propia cocina!